Difícil explicar a quien no tiene animales, a quien no ha abierto sus puertas a un amor natural y puro, sin intereses, sin engaños, sin esa complejidad humana que dispersa lo importante… La fidelidad, la compañía, la dulzura y el cariño. Todo en un animal, todo calma, todo instinto. Enredan, juegan, te despiertan, arañan y rompen, sí, pero cada muesca que dejan en un mueble, la llenan… Y de repente tu casa ya no tiene vacíos, y tu alma se llena de forma animal, como bien sabe nuestro instinto, porque al final lo más humano es que todos y todas somos animales…
QUE GRAN VERDAD … IMPRESIONANTES FOTOGRAFIAS, DESTILAN TODO ESE AMOR Y RESPETO…
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Muchas gracias Monica…
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