Soy lo que ven mis ojos, lo que han visto, y veré lo que soy.

La extraña mezcla de una vida de viaje, una vida de vidas, el baúl de mis recuerdos, el entrenamiento de mis ojos, de mis pulmones, de mi alma… Sé que son muchas fotos, que igual os quito mucho tiempo, que no tienen orden ni coherencia, pero al fin y al cabo es lo que soy, y todas esas miradas, esos paisajes y esos animales están en mí. Ahora mirando el camino sé que me equivoqué en muchas decisiones, que tomé desvíos que dolieron, pero también sé que aprendí y que estoy mirando hacia mí misma, que ya sin miedos y con mis errores camino hacia lo que quiero ser, y no camino sola.

Por eso esta entrada, porque me estoy preparando, me estoy esforzando y estoy aprendiendo, y aunque no dejo nada atrás y lo llevo todo en mí, marco un punto de inflexión en mi propia historia porque yo lo decido así; y dejo aquí las fotos que hice sin saber hacer, sin técnica, pero con el alma más pura, porque cuando viajo y conozco y estoy en movimiento es cuando soy yo misma, es cuando siento fotos en el aire y veo personas que no quiero olvidar, momentos importantes, situaciones difíciles que deben verse y vidas distintas en lugares con otro aire, con otra luz. Algún día volveré a esos sitios siendo una artista de la luz, manejando cada posibilidad de mi cámara. Sólo espero que en este tiempo de aprendizaje mi alma permanezca intacta, sensible y fuerte, y que lo único que cambie de todo esto es que sea capaz de sacar el brillo de esas miradas aunque haya poca luz…

Torla, paraíso natural en Huesca

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, punto de encuentro de aves, flores e insectos, de personas curiosas con ansias de aire puro, de libertad, de sol y de viento… Atrapa, envuelve y llena… y de repente no hay nada más, solo esa magia que tiene aquello que no ha tocado el hombre…

 

Entre jaulas de agua y cristal

Adoro la naturaleza en todas sus formas, incluso en la forma humana, y es por eso que lamento lo que vi y sentí al visitar el acuario. Es cierto que de otra manera no habría podido ver ni fotografiar y, por lo tanto, no habría podido enseñar ninguna de estas especies de animales, pero me imagino atrapada en un espacio así y no puedo evitar sentir melancolía y angustia. No está en mi mano cambiarlo, al menos por el momento, pero si mostrarlo…

Un conjunto de preciosos animales a través de cristales rallados por la impaciencia, sin derecho a la intimidad, sin posibilidad de avanzar si uno es osado y, si no lo es, sin posibilidad siquiera de dejarse llevar por la corriente…

Estrellas de arrastre…

Fotografías robadas entre manos mojadas, miradas de escamas, vidas de agua, momentos de siempre en tiempos de hoy, gastados y nuevos. Olor a mar en la tierra , mis ojos en sus reflejos…

La Cuniacha